Últimamente solo suelo escuchar por todos sitios, en especial por parte de políticos y organizaciones empresariales, dos ideas o situaciones que toda, personas u organización debe hacer: por un lado emprender y por otro vender por internet (es decir, tener una tienda online), y cualquiera que no haga alguna de esas dos cosas casi casi es un apestado. En el primer punto no voy a entrar porque, entre otras cosas, no solo daría para un post, sino para un libro, pero en el segundo punto sí, ya que me preocupa que se esté dando una información totalmente sesgada que hace creer que todo el monte es orégano.

Se escucha con cierta frecuencia, que un negocio debe tener un e-commerce ya que es la oportunidad de vender a todo el mundo, si bien es cierta esta afirmación, se suele dejar de lado que crear un e-commerce es tan duro y exigente (tanto a nivel de esfuerzo como económico) que una tienda física. Además se ha transmitido o por lo menos eso parece que al montar una tienda online las ventas van a crecer exponencialmente y esto, como todos los negocios, tiene su proceso y requiere de tiempo.

A continuación explicaré algunos elementos claves, bajo mi punto de vista, que hacen de una tienda online un negocio ni barato ni fácil:

– Costes fijos vs costes variables. La primera idea es tener claro que tener una tienda online tiene costes (que pueden ser muy elevados) pero que a diferencia de una tienda tradicional, suelen ser variables en su mayoría.

– Definir los productos a vender, tener el stock adecuado y gestionar el catálogo. Debemos tener claro que productos vamos a vender, a qué precio, que stock vamos a destinar a la tienda online y que como vamos a implementarlo en la plataforma. Recordemos que si queremos tener 200 productos, tenemos que crear 200 descripciones y subir, al menos, 200 fotos y eso no se hace en un par de horas.

– Gastos de Desarrollo. Si queremos tener una tienda con un mínimo de diseño, usabilidad, imagen de marca y que funcione bien debemos invertir en un diseñador y desarrollador web que nos de garantía… Y eso cuesta dinero.

– La logística. Hay que invertir mucho tiempo es buscar la mejor alterativa para nuestro negocio, además de la preparación de los pedidos, cumplir los compromisos de entrega, el embalaje de los paquetes y la gestión del almacén.

– Gastos y servicios financieros.  Comprender las distintas alternativas de pago y cobro, su funcionamiento y en muchos casos negociar con las entidades financieras las condiciones del TPV

– Invertir en Publicidad. La de veces que habré escuchado, me he gastado x mil en mi tienda pero no vendo nada. Para hacer que los clientes lleguen, hay que invertir y no, no vale con 25 euros en Adwords.

– Requisitos legales. Muchas veces pasan desapercibidos, pero las multas son cuantiosas:LOPD, LSSI, condiciones de compra, etc….son de obligado cumplimiento, así que debemos tener, al menos, unas nociones que

– Atención al cliente, gestión de reclamaciones y fraudes. Tener claro qué procedimientos y quienes van a realizar estas tareas es fundamental y por supuesto tener las herramientas adecuadas.

En conclusión, debemos tener claro que para lanzar una tienda online la inversión necesaria va a ser muy parecida a la de una tienda física. Cierto es que eliminaremos, en ocasiones, muchos gastos fijos pero que tendremos que compensarlos con gastos variables que nos ayudaran en nuestro negocio. Además no podemos olvidar que, como todos los negocios, puede ir bien, mal o regular. 

Miguel Ángel Ibáñez Amat

Licenciado en Investigación y Técnicas de Mercado, Marketing, y Administración de Empresas, por la Universidad de Sevilla. Master en Dirección de Marketing y Gestión Comercial (Gesco) de ESIC Business & Marketing School. CEO de GoUp Marketing. Vicepresidente de Foro Marketing Sevilla.