El término low cost, tan denostado por unos y alabado por otros, no deja de ser un reflejo del momento económico en el que nos encontramos; la era de los recortes: públicos, privados y también particulares, desgraciadamente.

Si aplicamos este concepto a la comunicación, probablemente, estamos restando valor a un asunto tan importante como es la política comunicativa empresarial. Y es que más que de comunicación low cost tendríamos que hablar de eficacia, estrategia y definición de público objetivo. De nada vale invertir grandes sumas de dinero en una campaña de comunicación genérica o en un canal que no es el seguido por nuestros clientes. De hecho, más de una empresa se ha ido al traste por tener una política comunicativa inadecuada. No en vano, ¿de qué sirve que le cuentes tus bondades empresariales a un medio nacional si tu empresa opera a nivel local?

Cabe recordar que la comunicación es una de las bases del marketing, por lo que debe ser comprendida, planificada y desarrollada en base al plan de marketing de la empresa. Como sabemos, sirve para dar a conocer las características del producto/servicio, sus beneficios y para ayudar a que se recuerde la marca, producto o empresa, de cara a conseguir la repetición de la compra. No sólo es publicidad, también es relaciones públicas, venta personal, promoción en ventas y marketing directo. Todo ello en cuanto a comunicación exterior, pero no hay que olvidar la comunicación interna de la empresa, que ha de tener un protagonismo si no mayor, al menos igual de destacado en la estrategia comunicativa corporativa.

Aunque la mayoría de directivos optan por recortar los presupuestos de comunicación en momentos de crisis (porque, como suele pasar, no vemos la rentabilidad a medio-largo plazo, sino que la queremos ipso facto), lo cierto es que los expertos aconsejan hacer todo lo contrario. Sea como fuere, es una realidad nos guste o no, así que, a continuación, proponemos algunas medidas que nos permitan mantener una línea de comunicación empresarial, aunque sea básica, sin que suponga grandes inversiones económicas:

Una mirada hacia las personas, los trabajadores: comunicación interna. ¿Conocen todos los empleados los objetivos estratégicos de la empresa? ¿Se facilita el intercambio de opiniones, la promoción de ideas? Está demostrado que un trabajador feliz es el mejor comercial de su empresa. En este sentido, la comunicación interna termina saliendo del espacio físico de la compañía para reflejarse positivamente en la comunicación exterior corporativa. Por desgracia, lo contrario, también sucede, así que más vale tomar en cuenta a nuestros recursos humanos, porque son los que nos diferencian y los que proyectan la imagen de la empresa.

Mejora en los procesos: al hilo de lo anterior cabría preguntarse qué mecanismos son necesarios para conseguir una mayor implicación de los empleados en busca de los objetivos empresariales. Las reuniones a primeros de semana o de mes (y a finales) no suponen coste adicional y ayudan a definir planes de acción. Asimismo, los buzones de sugerencias, la intranet y otras herramientas ayudan a mejorar la comunicación interna y estimulan la creatividad y la imaginación, los dos grandes remedios a la falta de recursos que sólo pueden venir de manos de nuestros recursos humanos. Y es que cuando la necesidad aprieta, el ser humano es único para superarse e innovar, otra palabra mágica.

Comunicación asequible: si hablamos de una pyme o empresa mediada que tenga la figura de un director de comunicación, probablemente contemos también con un equipo de dos o tres personas bien formadas como mínimo a su cargo. En este caso, y tras realizar los pasos anteriores (estimular al personal y ofrecerles las herramientas que propicien la creatividad y la innovación), la recomendación viene por aprovechar todas las posibilidades que ofrece internet y las redes sociales y que requieren una mínima inversión.

La red supone nuevas vías de acceso a nuestro público, tanto actual como potencial; facilita el feedback, tan necesario para valorar los nuevos productos y acciones comunicativas (Facebook); ayuda a ampliar la carteras de clientes (Linkedin); hace las veces de servicio de atención al cliente (Twitter ya lo es); o muestra los valores y la diferenciación de la empresa (Youtube). Las nuevas herramientas de internet pueden resultar muy rentables si se utilizan bien. Eso sí, todo en base al plan de comunicación establecido a partir de la estrategia empresarial.

Si, por el contrario, somos una pequeña empresa, con poco personal y no experto, siempre podemos externalizar la comunicación. Aunque por lo general esta es una opción más costosa, actualmente hay muchas agencias, que han diseñado paquetes low cost donde por poco más de 300 € redactan y envían notas de prensa a los medios; consiguen difusión en distintos canales; y seguimiento posterior de la campaña. Ya ven, la cuestión es hacerse notar.

Isabel González Suero

Licenciada en Periodismo Universidad de Sevilla; Master en Periodismo Escrito Universidad Complutense de Madrid-ABC; y Master en Dirección de Marketing y Gestión Comercial (Gesco) ESIC Business & Marketing School (Sevilla). Redactora de Andalucía Económica. Responsable de Comunicación de FMS.