Recientemente, una compañera me preguntó por casos interesantes de páginas web que no cumplían con la legalidad y me vinieron muchos ejemplos a la cabeza. La conversación giraba en torno a dos cosas: una, el poco o nulo asesoramiento que los propietarios de las páginas web suelen pedir, y dos, el desconocimiento que existe sobre esta materia.

Todos hemos visto páginas web que incluyen apartados relativos a “Quienes Somos”, “Aviso Legal”, “Condiciones Generales”, “Legalidad”, “Protección de Datos”, “Política de Privacidad”, “Política de Cookies” o “Condiciones de Venta”. La verdad es que el nombre que le damos a estos apartados es de lo más variopinto, llevando a veces a la confusión. Cuanto más lo simplifiquemos, mejor.

En ocasiones, ni siquiera incluimos estos apartados en nuestras webs y, en otras ocasiones, simplemente nos las ponen los informáticos que gestionan nuestra web. En el peor de los casos, las copiamos de otras webs diferentes.

Pues bien, esto es como un traje, así que cada web debe tener su propio traje. El problema es que para completar debidamente estos apartados hay conocer multitud de leyes, entre las que cito, a título informativo, la Ley de Protección de Datos, Ley de Comercio Electrónico, Ley de Ordenación del Comercio Minorista, Ley de Consumidores y Usuarios y Ley General de Publicidad.

Haciendo un mix de toda esta normativa tenemos que una página web debe identificar claramente a su administrador. En otras palabras, el usuario debe saber quien está detrás de la web y también debe facilitarse un medio de comunicación con la web. En este sentido, el “Aviso Legal” debe contener esta información mínima:

a) Su nombre o denominación social, su domicilio, su dirección de correo electrónico y cualquier otro dato que permita establecer con la web una comunicación directa y efectiva (teléfono de contacto, fax, redes sociales, etc).

b) Los datos de su inscripción en el Registro Mercantil, si está inscrita.

c) Algunas actividades, como las agencias de viajes o las corredurías de seguros, necesitan licencia, por lo que deben incluir los datos relativos a la licencia y los datos del órgano competente encargado de su supervisar esa actividad.

d) Otras actividades, como los médicos, abogados y arquitectos, necesitan estar inscritas en Colegios Profesionales, debiendo indicar:

  • Colegio profesional al que se pertenezca y número de colegiado.
  • Título académico oficial o profesional.
  • Estado de la UE que expidió el título y, en su caso, la correspondiente homologación.
  • Normas deontológicas o profesionales aplicables.

e) El número de identificación fiscal (NIF o CIF).

f) Información clara sobre los precios de los productos o servicios: si incluyen impuestos, gastos de envío, etc.

g) Los códigos de conducta a los que, en su caso, esté adherido y la manera de consultarlos electrónicamente.

A esta información mínima debe añadírsele información relativa al proceso de contratación, es decir, información sobre como hacer el pedido (si se dedica al comercio electrónico). Serían las “Condiciones de Venta” o “Condiciones de Contratación”.

Además de lo anterior, también debe incluirse una “Política de Protección de Datos” o “Privacidad”, en la que conste claramente quién es el titular del fichero en el que se registran los datos, cual es la finalidad del tratamiento de los datos y ante quien deben ejercitarse los derechos de acceso, rectificación, cancelación y oposición.

Otro texto a incluir en nuestra web es la “Política de Cookies”, en la que deberemos decir si utilizamos cookies propias o de terceros, y tendremos que explicar muy claramente para qué son esas cookies.

Estos 4 apartados son obligatorios, y no tenerlos en nuestras páginas webs puede acarrearnos una fuerte multa.

Por otro lado, aunque no son obligatorias, también es interesante incluir un apartado, dentro de las “Condiciones Generales”, por ejemplo, que contenga menciones relativas a “Propiedad Intelectual e Industrial”, en el que haremos constar que todas las imágenes, textos y marcas registradas que aparecen en la web están protegidas y que su uso por terceros debe ser autorizado; y otra mención relativa a la “Política de Enlaces”, porque podemos controlar los enlaces que ponemos en nuestra web, pero habitualmente no controlamos quien nos enlaza, y mucho menos si quien nos enlaza puede ofrecer contenidos ilegales o que infrinjan derechos. En la política de enlaces debemos eximirnos de responsabilidad por los enlaces que puedan poner terceras personas hacia nuestra web, o nosotros mismos hacia webs de terceros. Eso sí, en cuanto tengamos conocimiento de que un enlace puesto en nuestra web puede llevar a contenido ilegal debemos quitarlo.

Por último, se pueden incluir muchísimas menciones, tantas como páginas Word pueda llegar a generar tu ordenador, pero lo importante es poner las realmente necesarias y hacerlo bien y sencillo, no siempre basta con un copia y pega porque cada web es diferente de las demás.

Antonio Fagundo Hermoso.

Abogado en Conteros Asociados. Director Jurídico, Marketing y Expansión de Masaltos.com. Profesor Máster Superior en Abogacía y del Máster en Derecho de las Nuevas Tecnologías de la UPO. Profesor de ESIC-ICEMD. Asesor legal de Foro Marketing Sevilla. Twitter: @jovenantuan