Ya sabemos que el tejido empresarial andaluz y, por ende, sevillano está conformado en su mayoría por pymes. Son miles las pequeñas y medianas empresas que a diario crean riqueza, puestos de trabajo y mueven la economía. Muchas de estas pymes son referentes en su sector y tienen un gran potencial de crecimiento. Nos sorprendería saber cuántas. Estas empresas cuentan con una gran experiencia acumulada por sus muchos años de trabajo. Sin embargo, a penas se sabe de ellas. Están calladas, silenciosas, no hacen ruido… Pasan desapercibidas, a no ser que se salga a la luz sus (sorprendentes) cifras… Las empresas silenciosas viven en el más absoluto anonimato y de espaldas a la sociedad y a las distintas formas de comunicación, bien sean las tradicionales (off line) o las más novedosas (on line). Digamos que se mueven, a todos los niveles, en el siglo XX.

 

Muchas de ellas son empresas de corte agrícola, sobre todo cooperativas (nada que ver con el nuevo concepto de cooperativas urbanas), pero también las encontramos en otros muchos sectores (talleres, concesionarios, comercios, empresas de servicios, fabricantes, industrias…). La mayoría de estas empresas silenciosas nunca se han comunicado con su público. Quizás porque nunca han tenido la necesidad de hacerlo. Años atrás, eran ‘autosuficientes’, es decir, satisfacían sus ventas a nivel interno (no más allá de España) y no se planteaban un escenario cambiante que las desestabilizara… Pero llegó el tsunami de la crisis en 2006 y el panorama cambió, aunque no así el modo de relacionarse de las empresas silenciosas.

 

La mayoría siguen inmersas en el anonimato. Algunas cuentan con páginas webs, eso sí, en su versión 1.0 (con portales estáticos, que no facilitan la interacción, al modo de vallas publicitarias) y con información más que desfasada. Otras, tienen webs que llevan años en construcción. Este tipo de empresas plantean la comunicación con la sociedad normalmente vía publicitaria tradicional (no conocen otros medios). Ignoran las oportunidades que ofrecen las redes sociales (a priori, gratuitas) y la generación de contenidos informativos propios de interés difundidos vía medios de comunicación (publicity). Es más, la mayoría de estas empresas no sabe cómo dirigirse formalmente a un medio y desconoce qué son las notas de prensa y por qué es recomendable generarlas.

 

Sólo unas pocas están sabiendo salir de su ostracismo. Se han dejado asesorar por empresas profesionales de marketing y comunicación y están empezando a entrar en el siglo XXI empresarial. Los motivos son numerosos (porque les interesa darse a conocer, llegar a sus clientes, que la sociedad les conozca, sepa cuáles son sus productos, sus servicios, sus marcas, su manera de hacer empresa, su diferenciación, su imagen…), pero especialmente necesitan vender, incluso fuera de España.

 

Está demostrado que una comunicación fluida con los medios es positiva para la empresa y ayuda a situarla en el imaginario de marcas del (potencial) consumidor, cada vez más interesado en conocer no sólo qué compra, sino cómo se ha producido lo que compra, dónde, bajo qué sistemas de calidad y condiciones laborales… Porque si el consumidor no te conoce, ¿por qué debe comprarte?

 

Isabel González Suero

 

Licenciada en Periodismo Universidad de Sevilla; Master en Periodismo Escrito Universidad Complutense de Madrid-ABC; y Master en Dirección de Marketing y Gestión Comercial (Gesco) ESIC Business & Marketing School (Sevilla). Redactora del Grupo Andalucía Económica. Responsable de Comunicación de FMS.