¿Cuántas veces hemos hecho click en la casilla “He leído y acepto las condiciones” para poder recibir alguna promoción o inscribirnos en algún sorteo? ¿Alguna vez hemos leído esas “condiciones”? ¿Sabemos por qué tenemos que leerlas y aceptarlas?

 

La verdad es que esta es una de las conductas que más se repite a lo largo del día marketiniano en internet, y aun así es una de las que peores repercusiones puede llegar a tener. En una de las entradas que hicimos en este blog (http://www.foromarketingsevilla.es/blog/el-contenido-legal-minimo-de-una-pagina-web/)  explicábamos cual era el contenido mínimo legal que debía tener una web. Pues bien, en ese contenido mínimo podremos encontrar parte de la respuesta a la pregunta ¿Qué significa “He leído y acepto las condiciones”?

 

Debemos tener en cuenta es que, como su propio nombre indica, aceptamos las condiciones de la página web, esto es, cómo funciona la página web, quién puede comprar en la web, como funciona el proceso de compra, qué tipo de sistema de envío tienen, quien paga los gastos de envío, cuales son los medios de pago, cuales son los plazos de entrega, etc.

 

Esta información (que nunca leemos) es muy importante porque se convierte en un contrato desde el momento en el que la aceptamos (es como si lo hubiéramos firmado), y por eso es vinculante. Cierto es que, en general, las “condiciones” suelen ser legales y por eso nos obligan, pero también es cierto que a veces se incluyen “condiciones” que pueden ser ilegales, abusivas o nulas en función de que el usuario sea una un consumidor o un profesional (o empresa).

 

Es habitual ver cláusulas que establecen que, en caso de surgir algún litigio será resuelto por los Tribunales de XXX (la ciudad en la que está la tienda online). Pues bien, si estamos ante un consumidor esa cláusula es nula por abusiva. Al igual que toda aquella que imponga un plazo para ejercer el derecho de desistimiento inferior a 14 días naturales.

 

Grosso modo, toda cláusula que vaya en contra de los derechos de los consumidores se tiene por no puesta, pudiendo llegar a ser nula de pleno derecho.

 

Lo mismo ocurre cuando se impone al consumidor una obligación desmesurada o una penalización desproporcionada. Aquí podemos poner el ejemplo de una compañía aérea que penaliza a sus pasajeros con una cantidad bastante elevada por no haber imprimido los billetes con carácter previo al embarque. Cierto es que hay varias sentencias que establecen que esta obligación es nula de pleno derecho por abusiva, pero también es cierto que ninguna de esas sentencias es firme todavía.

 

Sin embargo, lo más importante, sobre todo cuando nos descargamos una app o accedemos a una promoción o participamos en un sorteo, es el apartado de Protección de Datos que incluye ese “He leído y acepto las condiciones”. Según la LOPD debe decirse claramente cual es la finalidad del tratamiento de los datos personales, es decir, para qué se van a utilizar mis datos personales y, otro de los factores importantes, si mis datos van a ser cedidos a otras empresas.

 

Esa casilla en la que hacemos click, muchas veces por inercia, puede contener información que diga que nuestros datos los quieren únicamente para “freírnos a publicidad”. Y es algo que estamos aceptando. Pero es que, además, puede que esa casilla incluya información que diga que le van a dar nuestros datos a cualquiera para que nos continúen “friendo a publicidad”, y es ahí donde perdemos el control de quien maneja nuestros datos.

 

El problema está en que salir de ese bucle es muy difícil porque no estamos ante spam. Estamos ante publicidad que hemos aceptado, puede que de forma impulsiva y sin conocer muy bien que estábamos aceptando, pero la hemos aceptado al fin y al cabo.

 

Sin duda, nuestra recomendación es que os detengáis y que, al menos, os leáis las partes que consideréis más importantes (como puede ser la de la LOPD), y que tengáis en cuenta que si intentáis leer esas “condiciones” y las mismas no están claras o no es fácil encontrarlas, simplemente no las aceptéis porque algo malo esconden, por mucha tableta que os haya tocado.

 

Antonio Fagundo Hermoso.

Abogado en Conteros Asociados.

Director Jurídico, Marketing y Expansión de Masaltos.com.

Profesor Máster Superior en Abogacía y del Máster en Derecho de las Nuevas Tecnologías de la UPO.

Profesor de ESIC-ICEMD.

Asesor legal de Foro Marketing Sevilla.

Twitter: @jovenantuan